EN TIERRA FÉRTIL CRECE LA SEMILLA, EN ZONA DESÉRTICA ES MUY DIFÍCIL
Hace dos años, un amigo me explicó una sutil experiencia personal que le impactó. Estaba en la conferencia y entrega de certificados de final de Máster en una Business School importante de Europa, y en la conferencia se explicaba el avance de China en todos los frentes, aspecto que quedaba bien ilustrado con los datos, pero al final el planteamiento parecía que mostraba una cierta benevolencia con el sistema de autocracia y dictadura chinos, como si sólo con la imposición se pudieran lograr los objetivos que los business exigen hoy en día. Mi amigo fue directo a su CEO, también presente, al que le comentó que este final cedía ante los valores de los liderazgos conscientes y responsables, frente a lo cual le respondió que quizá era un tema de tendencia y que es hacia dónde se dirige el mundo, sin más matices. Sin criticar al conferenciante, ni al CEO, mi amigo quedó un poco trastocado, como si su escala de principios hubiera sido removido y disuelto. ¿Mucho por repensar, sobre todo en valores?
Hoy, 6 de enero de 2021, el
Capitolio de Whashington es invadido por las ordas trumpistas que parecen no respetar
los resultados electorales, como si valiera todo, la cuestión es ganar el poder
y usarlo. Las personas que siguen a Trump, lo siguen porque los mensajes son cautivadores
para ellos, habrá que re-analizar que dice Trump (otra cosa es que hace), en
twitter, en la TV, las falsedades son institucionalizadas como si fuera lo
normal, como si apeteciera oír cualquier cosa, aunque sea mentira. ¿Mucho
por analizar, dónde está nuestro pensamiento crítico?
Leer a Harari, y te das cuenta
que la tecnología podría ser buena para los que puedan pagarla y tengan el
poder, pero muy mala o malísima para los esclavos (trabajadores y sociedad en
general) que deban obedecer. Hay que ¿repensar el uso de los avances, estamos preparados, invertimos en nuestra learnability?
En China acaba de desaparecer el
CEO de ALiBABA, junto con 50 críticos políticos más, en Rusia ya vemos que la
oligarquía y el poder político se perpetúan como viejos emperadores en su trono
de oro, y así en muchos lugares de nuestro planeta. ¿Es respetuoso y ético, es lo que queremos?
Otro hecho que nadie puede
negarme es que vivimos en los fakenews institucionalizados perpetuamente, nadie
cree en nadie, es más hay políticos que su principal política es falsear,
manipular o jugar con la primera frase que se les ocurre para dañar al otro, no
para construir nada. ¿Cómo defender la verdad, o la mejor verdad? ¿Cómo garantizar
democracias dignas y no votar a manipuladores que pudieran ser auténticos
psicópatas? Quizá cuidando el critical thinking?
Resumiendo, fakenews,
autoritarismos políticos, dirigentes empresariales que aceptan las tendencias,
aunque estas sean contrarias al progreso humano verdadero, basado en la
libertad, la democracia y el respeto a las personas. Estrategias (no
forzosamente las mejores) que por repetirlas se convierten en ley que juegan
a ser verdades, o que sólo responden al “show me the money”. Desaparecidos,
encarcelados, exiliados los que dicen lo contrario que el stablishment. ¿Hacia
dónde vamos?
Una frase atribuida a Aristóteles
que decía: “qué fácil es mandar a esclavos, qué difícil es dirigir a
personas libres”, me hace pensar que los que tienen el poder lo usan para
ir por el camino de lo fácil.
El siglo XXI, es la etapa de la
humanidad en la que el 5G proporcionará información de todas las personas, cosas,
movimientos y nos conectará y permitirá automatizaciones inimaginables, la IA
proporcionará soluciones rápidas y más variadas de las que podamos construir en
poco tiempo, el Big Data lo contendrá todo (¿las mentiras o las verdades?). Es
un siglo apasionante, me apasiona vivirlo y, sin embargo, grito por recordar
que lo más apasionante, no son esos juguetes, sino que lo que de verdad vale la pena son las personas,
y eso significa respeto, libertad, democracia, creatividad, pensamiento crítico
y libre, ética, respeto por las espiritualidades de cada uno, generosidad, empatía.
A todo ello respondo en mi libro “El Manifiesto de los 8
Aprendizajes”
Seguro que mi visión no es
perfecta, pero sí veo con absoluta claridad que la sociedad de este siglo tiene
que trabajar por los valores humanos, con toda la tecnología posible claro que
sí, pero sobre todo educando a líderes, estudiantes, votantes, educando a la
sociedad, (educar es enseñar a pensar no adoctrinar) a los dirigentes para que la manipulación no sea el pan de
cada día. Y tengo también la esperanza puesta en las empresas, que, dirigidas
por líderes con propósito, con valores, que trabajen para dar resultados
económicos, pero también y al mismo tiempo sostenibles para el medioambiente y la
sociedad. Todo ello precisa de entornos políticos, instituciones que sean
robustas para dar servicio, no para para extraer riqueza sino para generarla o
apoyar su generación.
En tierra
fértil crece la semilla, en zona desértica es muy difícil, sólo la educación
puede enriquecer el entorno y permitir la semilla del futuro tal y como la
soñamos, es cierto que "la educación no cambia al mundo, pero sí a las personas
que cambiarán el mundo" (P. Freire), así que nada es fácil, ni rápido.
Suerte, nuestro descendientes
dependen de ello ¡!!!!
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