DESIGUALTAT, INEQUALITY, INÉGALITÉ, MALEGALECO, DESIGUALDAD (2)

Cuando hablamos de desigualdad, lo primero que viene en mente es la justificación de que somos diferentes y que por tanto la sociedad debe ser desigual. Luego al seguir pensando y observando la naturaleza y dimensión de las desigualdades concluimos que no hay que aceptar esos términos.

 Cierto, todos somos diferentes, por lo que parecería que la desigualdad es natural. Es cierto que existe una desigualdad que se genera por talento, esfuerzo, atributos del individuo, y es lógica. Pero también existe una desigualdad que no depende del individuo y su aportación de valor, sino que deviene por pertenecer a una categoría, a una estructura social, etnia, género. En este último caso, la desigualdad se construye por un proceso histórico y de clase o categoría no natural. Son los ejemplos entre un rey y un investigador (Premio Nobel). El primero le viene dada una riqueza y privilegios por categoría o modelo de estructura social (construida en base a una creencia divina), el segundo sus propiedades y recursos le vienen por su talento y trabajo, en este caso para la ciencia. Estamos hablando de dos tipos de desigualdad, la que viene del individuo y la que procede de su status quo (estructural).

Parece como que frente a la desigualdad estructural nada o poco se puede hacer (excepto la confrontación), mientras que la que proviene de la distribución de recursos siempre se puede gestionar, reorientar o ajustar. Existe la Desigualdad gestionable vs la desigualdad inevitable (en principio aparente). 

Muchas veces creo que no debería preocuparnos la desigualdad excepto si esta es dañina para el que la padece. Es como que pudiéramos construir un grado, un diferencial de desigualdad (indice GINI), y me parece que es necesario medirlo para visibilizar la brecha de la herida pero siempre recordando que la desigualdad no es sólo una cuestión de billetera. Las desigualdades marcan tu barrio (existen estudios sobre la diferencia de la salud de los ciudadanos en un bario u otro), tu salud (tienes o no acceso a soluciones terapéuticas), tu educación (que posicionará tu prestigio y probablemente puesto de trabajo), en definitiva tu identidad, tu autoestima, tu papel en la vida. Es por tanto un tema ético. Afecta e impacta en nuestro humanismo.