Desde hace años sabemos del valor del win-win en las negociaciones. La sabiduría de Harvard lo demostró en su momento. Muchos lo entendieron y lo aplicaron en sus procesos comerciales y negociaciones en general. El valor del win-win es siempre superior al de la ganancia unilateral, aunque ésta pudiera presumir de lo contrario durante un cierto tiempo (¡ breve ¡!). En esta línea del pensamiento está Herbert A Simon, premio nobel de economía cuando defiende la búsqueda del pensamiento óptimo.
En un reciente artículo de la Harvard Deusto Business Review se plantean cuál debe ser la “función objetivo” de la dirección o de una organización empresarial. ¿La empresa a quién debe dar margen?.
Si nos dejamos llevar por la agresividad y avaricia de los mercados bursátiles y otros, de los últimos años, no entenderemos nada y llegaremos a la conclusión que el directivo o las empresas están al servicio “esclavo” del accionista, cual amo y señor únicos de la vida de la empresa. ¡¡¡Y no es así ¡!!!
La naturaleza nos enseña constantemente el maravilloso y fructífero equilibrio en el que todos los organismos vivos coexisten, o mirando más hacia nosotros mismos, nuestros órganos y tejidos viven en un exquisito equilibrio, es la homeostasis.
Parecen temas inconexos, ¿verdad?, Creo que no.
Si entendemos las empresas como órganos de un tejido social, los empleados como células de un organismo, etc,.. empezaremos a ver la importancia de la homeostasis en el ámbito de la economía, de la empresa y de la sociedad y medio-ambiente.
Las empresas viven del accionista, por lo que deberán proporcionarle su beneficio, pero viven de los empleados, de la sociedad en general, de los proveedores, y para y con los clientes, es decir de los 4 stakeholders clave: clientes, empleados o clientes internos, proveedores y sociedad (y medio-ambiente como parte de la riqueza de los que nos rodea).
Ahora hay que aplicar los conceptos del win-win, el pensamiento de Herbert A Simon, o simplemente ver lo que funciona en la naturaleza que es el equilibrio para la vida.
Michael E. Raynor propone que la "función objetivo" de la empresa es la supervivencia, no la creación de valor únicamente para el accionista, o la superganancia del directivo, o ...
La crisis financiera de principios de siglo (siglo XXI) es una gran oportunidad para plantearnos nuevos enfoques. Ni defender un liberalismo canibalizador, ni un socialismo burocratizado y adormecido sin innovación, sino hay que pensar en la revolución del (Win-win) elevado a la 4. Es decir, todos tienen que obtener beneficio, debe lograse el equilibrio de la generación ajustada pero de valor del margen para cada uno de actores de nuestra empresa-sociedad-personas-medioambiente.
Estos pensamientos forjarán nuevos estilos de liderazgo, gentes honradas, humildes, generosas, con talentos armónicos en multiples direcciones. Con visión holística, integrada sistémica que permita ver y luchar por la obtención del margen en todos y cada uno de los stakeholders.
El talento del nuevo líder dependerá de muchas cosas pero sobre todo del talento del empleado, el coaching y desarrollo de los equipos, de la sociedad, del accionista.
Hay que crear nuevos sistemas, loyal capital o accionistas fieles y comprometidos durante un proceso vital de la empresa, no puede ser bueno comprar acciones para venderlas mañana eso es como dar kilos de azúcar a un perrito y mañana no darle comida. Así han funcionada nuestras empresas y nuestras economías. Con desequilibrios, con la idea de que el más espabilado es que el que más consigue en poco tiempo. Estos planteamientos no favorecen la supervivencia, no son válidos.
Empieza la revolución de (Win-Win) elevado a la 4, de los 4 stakeholders que deben obtener su margen.