ORGANIZACIONES ANTIFRÁGILES Y SUS COMPETENCIAS; Una experiencia personal de estudio y descubrimiento.
Todo empezó con una lectura de Nassim N. Taleb, el Cisne
Negro, y luego otras lecturas del mismo autor, y otros como Hayek, Popper, … El
tema que me incendió la mente fue algo en lo que todos podemos estar de
acuerdo, y es que no sabemos el futuro, que lo más inesperado, los Cisnes
Negros, rompen con lo previsto, y el mundo redescubre que vive en la
incertidumbre.
La incertidumbre y sus variables, como la volatilidad,
complejidad, ambigüedad es, hoy, un aspecto crucial de la vida empresarial,
profesional y personal. Actualmente, la incertidumbre no sólo es un elemento de
nuestras vidas, sino que está provocada y potenciada por el frenesí de la vida
moderna. la tecnología y la IA generativa que abre mundos insospechados,
haciendo de la incertidumbre un factor de ansiedad, fragilidad en las
decisiones, nos descubre la poca linealidad de las causas y efectos, bañado todo
ello por una incomprensión que los cambios políticos, logísticos, geopolíticos,
económicos, educacionales y medioambientales nos rodean.
Mi vida, siempre tiene un foco: el desarrollo de las
personas, a través del arma que conozco más poderosa: la educación, la
formación y el entrenamiento.
Así pues, que frente al panorama VUCA y BANI descrito antes,
yo deseaba construir nuevas soluciones competenciales, nuevas habilidades que
nos ayuden a confrontar y construir innovación, crecimiento y prosperidad
incluso en esos entornos difíciles en los que conviene no sólo resistir, sino
aprender de ellos. En definitiva, vigilar por el bienestar de las personas,
organizaciones y sociedad de la 4º y 5º revolución industrial.
En este punto, nació un nuevo y disruptivo concepto que
definiría unas poderosas competencias que permitan avanzar, una inteligencia
antifrágil que favorezca y permita trabajar con las competencias antifrágiles,
en definitiva, con las herramientas que el líder y las organizaciones puedan
usar en estos entornos. Como herramientas que son, precisan de motivación
intrínseca y propósito para movilizarlas.
El concepto antifrágil, planteado por Taleb nace del
reconocimiento de nuestras vulnerabilidades, errores e incertidumbres a
superar.
La verdad es que como siempre en la naturaleza encontramos
referentes y los mejores aprendizajes (una buena razón para cuidar del
medioambiente), y así es, pues la antifragilidad está reinando en la naturaleza
y nos lo demuestra cada día y cada instante. Un ejemplo clarísimo, el sistema
inmune es el paradigma, pues tras la infección estamos más preparados para
seguir con una vida más plena y sana. Allí reside el aprendizaje. Había que
identificar las habilidades o competencias antifrágiles que nos confieren el
poder de crecer, progresar y prosperar a pesar e incluso gracias a las
dificultades, incertidumbres y el resto de obstáculos con los que vivimos en
este siglo XXI. Habilidades que se nutren de los errores, incertidumbres y
cambios.
Tras muchos días y noches, supe que en las biografías de
muchas personas que han superado, que han demostrado crecer y ser antifrágiles
estaba el secreto. Busqué con ayuda de algoritmos y mucho estudio para encontrar
patrones. Al fin, destilando conductas y
otras fuentes bibliográficas nacen lo que les llamaremos las competencias
antifrágiles o si lo prefieres habilidades fortaleza.
Encontré, de entre más de 50 personajes y otros tantos
arquetipos, más de 10 conductas que nos aproximan a lo deseado, pero un nuevo
proceso de destilación, con fines pedagógicos y de simplificación me ha
permitido definir 5 Competencias Antifrágiles, que al practicarlas podrás
prosperar en pleno siglo XXI. ¿Cómo puedo atreverme a hace esta declaración?
El estudio psico-biográfico, los algoritmos, el contraste
con entrevistas y arquetipos permite afirmar que estas conductas, estas
competencias son lo que hace antifrágil al líder que lo entrena y aplica. Su
ausencia nos hace frágiles.
Las empresas, en medio de cambios logísticos por razones
inesperadas, aranceles provocativos que desestabilizan relaciones, tensiones
geopolíticas a veces caprichosas pero siempre impredecibles por los mortales,
necesitan generar una cultura de antifragilidad. ¿Cómo?
Desde la alta dirección, pasando por los líderes y en
definitiva todos los equipos deben desarrollar las 5 competencias antifrágiles.
Ello les confiere la capacidad de crecer y progresar desde los errores del
pasado o actuales, desde las incertidumbres, y todas las variables VUCA y BANI.
Sólo así, no siendo sólo resistentes y adaptables, sino antifrágiles será más
factible seguir innovando, creciendo y creando ventaja competitiva y valor.
Más allá de las competencias planteadas por el WEF, Harvard
y otras instituciones, necesitamos un salto más: las nuevas competencias
antifrágiles.
Te invito a plantear un programa o un conjunto de pequeños
talleres que florezcan estas habilidades del siglo XXI. Estamos en una
encrucijada como cuando Goleman y Gardner nos descubrieron la Inteligencia
emocional, hoy disponemos de 5 mindset y conductas que nos potenciarán.
¡Resistir no es progresar! Prosperar requiere, en estos
tiempos, de nuevas inteligencias, nuevas competencias antifrágiles.
Eudald Parera Riera

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