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26.4.15

Humildad, ¿fuerza del líder?


 Clave de progreso y fuerza del líder.

Esta palabra tiene distintas definiciones, quizá por ello no ha sido un concepto claro ni reconocido con robustez, pero me gustaría proponer una visión virtuosa, antagónica a la sumisión, y construida desde la empatía (esencia de la inteligencia emocional) que podría resumirse en “la capacidad de pensar que no siempre tienes la razón”, es pues una capacidad o comportamiento u competencia.

Si rebuscamos encontramos más definiciones positivas como es el caso de Miguel de Cervantes que decía: "La humildad es la base y el fundamento de todas las virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea". 

Estas aproximaciones a la humildad ofrecen un maravilloso posicionamiento que crea en el pensamiento la creencia de que vale la pena escuchar, aprender y considerar las opiniones de los demás.

¿Qué hacen Márketing sin humildad?, Sin humildad no son capaces de escuchar el mercado, vendedores, clientes que expresan inquietud, ideas de otros, e incluso de la competencia. La búsqueda por lo que la persona / cliente desea, es decir entender la experiencia satisfactoria que pide el cliente, ser humilde y pensar que tu producto puede mejorar, son un buen ejemplo.

¿Cómo dirigen los jefes sin humildad?, trasladando oportunidades en fantasmas desaparecidos. Imaginemos una reunión, el directivo sin humildad no será capaz de oír ninguna propuesta innovadora, pues no la escucha ni ha creado el espacio para ofrecerla. Al contrario de lo que pudiera parecer en otras épocas, la humildad da fuerza, ayuda a entender y mover con más eficacia a los equipos, Estos aspectos son fuerza para el líder del futuro.

La humildad se convierte en una habilidad, no sólo un valor, sino en una capacidad a desarrollar que conviene que esté presente en un directivo-líder. Esto nos lleva a que si tienes que elegir a un nuevo directivo, no te fascines por los que dicen que ya lo han hecho todo y con éxito, que son los únicos capaces de llevar la empresa al éxito. Durante tiempo, los directivos que mostraban una autoestima enfermiza eran elegidos, y claro luego no fueron capaces de progresar.

La humildad la llamaríamos especia para cocinar el liderazgo del futuro pues es la actitud que integra las ideas de todos, fomenta la participación, despierta la innovación, permite aceptar y entender los errores, es pues una poderosa fuerza de crecimiento y desarrollo del Talento. La fuerza opuesta es la soberbia. Recuerda a alguien con soberbia y al pensar en esa persona, seguro que recuerdas lo poco aceptada y por tanto distante al resto de la sociedad o equipos, y eso le conducirá a una soledad inmovilista.

¿Fomentas la humildad en tu organización?. En tu empresa, ¿se admira a los engreídos?, a los que ¿lo tienen todo clarísimo?, reflexiona en directivos y al pensar en esas preguntas, incluso sin responder, seguro podemos avanzar.

Ahí va pues una competencia que no debe faltar al líder. Si pensamos en talentos, éste es uno más en el perfil del Líder.

Eudald Parera

1.4.15

Similar but not Equal.



No es lo mismo, pudiera parecerlo pero no es igual.

Seguro que conocemos personas que trabajan y cumplen lo justo y suficiente para su puesto, otros que dan más de lo que se pueda imaginar, y también los hay que no hacen ni lo que deben.

Entre estos modelos, hay trabajadores y directivos que pueden hacer ver que cumplen, y sin embargo, en algunas ocasiones es sólo una apariencia. Este comportamiento no es poco frecuente y se convierte en crítico, pues no se puede estar vigilando siempre, y en determinadas posiciones esta sutil diferencia de implicación puede acarrear graves desviaciones en los objetivos y la eficiencia a corto, y con repercusiones más trascendentes a medio y largo pues las ideas no fluirán, la innovación se desvanecerá y por tanto el progreso de la compañía pudiera estar en riesgo.

Me contaba un amigo en Chile que un director comercial en lugar de exigir un presupuesto posible pero ambicioso, lo ajustaba a una realidad más accesible, o en sur de Francia que un vendedor cada vez hacía menos visitas, o ... mil casos más, un director que piensa más en su confort que en los retos que el mercado obliga, o un product manager que hace presentaciones pero no innova ni motiva a sus targets, un investigador que no busca desesperadamente algo nuevo, o un recepcionista que apenas saluda, o alguien que representa a la empresa y que lo hace, pero sin marcar ventajas, diferencias ni pasión, o un talent manager que no se esfuerza en como dice Amy Cuddy, en la escucha y empatía, o gestores que cambian cosas sin esfuerzo en compartir o comunicar, sin pensar más que en la apariencia, o jefes que parapetados en la costumbre no dan ni un paso para aprender, y puestos a imaginar podríamos alargar esta lista de ejemplos hasta la saciedad. Estos ejemplos se acercan a este perfil de gente no comprometida de la que deseo plantear algunas observaciones.

Las diferencias entre lo que mejora, y lo que se estabiliza o simplemente decae, decrece o empeora son sutiles al principio pero crean mundos distintos. Véase el Ariadne 5, o desviaciones en la perforación de un túnel, o en la construcción de un puente (imagen) son casos visibles, pero no siempre lo son, en general no es tan fácil observar la desviación con lo que se hubiera podido obtener pues estamos en el mundo de lo intangible.

El problema con este tipo de ejecución es que es muy difícil que se exprese el talento (si divides el margen que genera tu empresa con el número de trabajadores obtienes una medición del talento en la organización; hay que comparar por sectores), la innovación e incluso no se obtendrá nunca un 110% de efectividad y eficiencia.

¿A qué es debido?, ¿Qué factores pueden inducir o favorecer estos comportamientos de baja implicación y por ende de resultados mediocres?. Piense en cuáles se le ocurren.

A mi entender (sin considerar negligencias o  incompetencias), y aunque sea una simplificación excesiva diría que esta falta de implicación y compromiso tienen una causa común. Se perdió, si es que hubo alguna vez, la CONFIANZA.

¡Sin confianza es difícil realmente comprometerse!

No hay líder que genere compromiso duradero si no genera confianza.
No hay sacrificio que exija voluntad y esfuerzo si no se respira confianza.
Las empresas que quieren compromiso no lo alcanzarán nunca sin confianza.

Y aquí reside la mística, el milagro, lo intangible del compromiso, no surge si antes no se ha desarrollado la confianza. No exijas compromiso, da confianza.

¿De qué depende la confianza?, ¿que puedo hacer para conquistarla?, ¿Cuál es el "TCI" (Trust and Commitment Index) de tu empresa?*.

Seguramente también es una frivolidad decir que con unos pocos elementos podemos empezar a construirla.

Comunicación asertiva, Corresponsabilidad, Consistencia, Coherencia, ...*

Nada de todo esto es gratuito.

¿Quieres ser líder?, ¿quieres equipos comprometidos? ¿quieres personas que no fingen, sino que están compartiendo la misión, valores y objetivos?.

En este texto intento recordar una hermosa frase que dice que la "nobleza no consiste en superar al otro sino mejorar uno mismo". Los líderes, y todos en general, podemos construir bases más colaborativas y que nos permitan generar ventajas competitivas si trabajamos desde y con la confianza.

* Si deseas compartir o profundizar mi correo es eudald@ono.com

Muchas gracias,





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