Confieso que el concepto antifrágil me pareció duro y no amable, incluso no aplicable al mundo empresarial cuando lo leí por primera vez de Nassim Nicholas Taleb en sus libros del Cisne Negro y Antifragilidad. De hecho, al principio la antifragilidad me pareció una forma insensible de sobrevivir, una ley del neoliberalismo depredador que dicta que cada cual viva como quiera mientras triunfe. No lo acepté, hasta comprender que estamos hablando de lo contrario, del máximo grado de humildad, de aceptar que no lo controlamos todo, de hecho todo puede sorprendernos como un Cisne Negro, todo ello me llevó a la observación y aprendizaje como fórmula para hacer mejor las cosas y una respuesta, madura, de construir un progreso humanista.
Pero cuando estudias la naturaleza, las personas, empresarios y trabajadores que luchan y vencen, cuando observas al sistema inmune tras la infección, ... entiendes que hay capacidades en la naturaleza y en eco-sistemas, incluso empresariales y en algunas personas y directivos, que son capaces, hábiles, competentes no sólo salir del agujero o del error, no sólo recuperar su compostura inicial, como el bambú, no sólo son adaptables y resilientes sino que crecen, crecen incluso en la incertidumbre, adversidades, volatilidad, choques y errores.
Eso puede apasionar a cualquiera, pues sin pretender fórmulas mágicas, si son posibles caminos para seguir eolucionando y prosperando, en realidad, es lo que con urgencia necesitamos en el mundo VUCA, BANI, injusto, falseado e infotoxicado, necesitamos prepararnos, preparar nuestros líderes, equipos y sociedad en esas capacidades.
Es tiempo de seguir aprendiendo, los locos de la learnability lo entienden rápido. El World Economic Forum nos recomienda seguir preparándonos, el reskilling y el upskilling son las palancas de los ciudadanos del mundo de hoy para afrontar las situaciones y seguir innovando para buscar soluciones a los inmensos y abundantes problemas que siguen presentándose. Los jóvenes pueden decir: "está todo por hacer", y es muy cierto pues el entorno, la IA, los contextos socioeconómicos nos lo exigen. Soy optimista pues como formador, coach y consultor, de personas y equipos confirmo que podemos, es posible hacerlo mejor y la manera es preparándonos. Las habilidades, las nuevas capacidades, las competencias las podemos aprender, entrenar, desarrollar y aplicarlas para los nuevos logros.
La vida actual nos exige, a la vez que nos ofrece la posibilidad de avanzar. "El tren se va".
He estudiado las habilidades y competencias para lograr esa antifragilidad, o si lo prefieres dotarnos de las strengths skills para este siglo y quizá los próximos.
La amalgama de comportamientos y mindset que permiten abrazar la incertidumbre, aprender de los errores, generar opcionalidades, desarrollar una mentalidad de crecimiento y su capacidad de llevarlo a la acción, todo ello con un equilibrio resiliente y emocional son piezas clave de éste nuevo planteamiento. Te propongo estudiarlo, entrenarlo y practicarlo.
La antifragilidad nació como un concepto filosófico - matemático de manos de Nassim Taleb, pero lo que estoy planteando y ofrezco es algo totalmente disruptivo, es el resultado del estudio e investigación de las competencias de las personas que nos muestran, enseñan como seguir creciendo en tiempos de incertidumbre, volatilidad, falsedades y errores: son las competencias antifrágiles, son las habilidades fortaleza que lo pueden hacer posible.
Es único, imprescindible y urgente. Se trata de analizar las conductas y creencias de aquellas personas capaces, antifrágiles que saben movilizar sus habilidades fortaleza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario